Desde tiempos medievales, viajeros de tierras lejanas llegaban por mar a Galicia con un mismo propósito: caminar hasta la Catedral de Santiago. Hoy, el Camino Inglés mantiene ese espíritu, ofreciéndote una ruta única que atraviesa paisajes rurales, aldeas con encanto y vestigios de un pasado marcado por la fe y la aventura.
Partiendo desde Ferrol o A Coruña, este recorrido te sumergirá en una Galicia auténtica, donde cada sendero y cada piedra cuentan una historia. No importa si buscas una experiencia espiritual, un desafío personal o simplemente disfrutar de la naturaleza: esta ruta te sorprenderá en cada etapa.
En Mundiplus, te acompañamos en cada paso para que solo te preocupes de disfrutar. Te ofrecemos toda la información necesaria, mapas detallados y los mejores consejos para que vivas una aventura sin contratiempos. Descubre con nosotros una de las rutas más especiales hacia Santiago.
El nombre tiene su origen en la llegada de peregrinos procedentes de Inglaterra, Irlanda y otros países del norte de Europa. Durante la Edad Media, estos devotos llegaban en barco a los puertos de Ferrol y A Coruña, desde donde emprendían su viaje a pie hacia Santiago de Compostela.
Estos caminos, utilizados por comerciantes y peregrinos por igual, conectaban directamente con las rutas del interior de Galicia, haciendo de ellos un importante nexo comercial y religioso. Hoy en día, sigue esos antiguos senderos, permitiendo a los peregrinos caminar por tierras gallegas llenas de historia y belleza natural.
El Camino Inglés fue una ruta muy transitada en la Edad Media, especialmente en los siglos XII y XIII, cuando peregrinos del norte de Europa llegaban por mar a Ferrol o A Coruña y continuaban a pie hacia Santiago de Compostela. Aunque menos popular, ha ganado relevancia en los últimos años por su belleza y tranquilidad, convirtiéndose en una opción auténtica y menos saturada.
La ruta desde Ferrol, de 120 km, cumple con la distancia mínima para obtener la Compostela, mientras que el trayecto desde A Coruña, de 75 km, aunque no alcanza esta distancia, sigue siendo popular por la belleza de la ciudad y su entorno.
Esta opción es ideal para quienes buscan una ruta corta pero llena de historia, espiritualidad y belleza. Aquí te explicamos por qué esta ruta se ha convertido en una de las favoritas para peregrinos de todo el mundo.
Una de las razones principales para elegirlo es su paisaje único. Desde el momento en que pones un pie en Galicia, te rodearán frondosos bosques, colinas verdes, y valles espectaculares.
Además de la naturaleza que envuelve el camino, el peregrino también tiene la oportunidad de sumergirse en la cultura gallega. Podrás visitar iglesias medievales, castillos, y monasterios, muchos de los cuales han sido testigos de siglos de historia.
A diferencia de otros recorridos, este es menos concurrido, lo que significa que tendrás más espacio y tranquilidad para disfrutar del viaje. Esta ruta es ideal para aquellos peregrinos que buscan un reencuentro con la naturaleza y un viaje más personal y reflexivo.
La menor afluencia también permite que los peregrinos experimenten un contacto más cercano con las comunidades locales, sumergiéndose en las tradiciones gallegas de una manera más auténtica.
A lo largo del camino, encontrarás pueblos pequeños y acogedores, donde los lugareños te recibirán con los brazos abiertos. Estos encuentros con las comunidades locales te permiten conocer de cerca la vida rural en Galicia y disfrutar de la calidez de su gente.
Otra gran ventaja es la oportunidad de disfrutar de la rica gastronomía gallega. Desde los productos del mar hasta los platos más tradicionales del campo, el peregrino puede deleitarse con una amplia variedad de especialidades locales.
Entre los platos más destacados se encuentran el pulpo a la gallega, las empanadas, el caldo gallego, y, por supuesto, los mariscos frescos que encontrarás a lo largo de toda la costa.
Además de su gastronomía, te ofrece la oportunidad de explorar la herencia cultural de Galicia. A lo largo de la ruta, encontrarás monumentos históricos, iglesias que datan de la Edad Media y pequeños pueblos donde las tradiciones siguen vivas.
Se puede recorrer en 5-7 días, dependiendo de la ruta que elijas y de tu nivel de preparación. La ruta desde Ferrol es la más larga, con unos 120 km, mientras que la ruta desde A Coruña es más corta, con 75 km. La mayoría de los peregrinos optan por la primera alternativa para cumplir con la distancia mínima requerida para obtener la Compostela.
En promedio, los peregrinos recorren entre 20 y 25 kilómetros al día. Es importante tener en cuenta que encontrarás algunas etapas con subidas pronunciadas, por lo que es recomendable planificar con tiempo y adaptar las etapas a tu nivel físico.
Esta es una ruta especial en cualquier estación del año, pero cada una ofrece una experiencia diferente. Desde los paisajes verdes de la primavera hasta la serenidad del invierno, aquí te contamos qué puedes esperar en cada temporada.
Los meses de marzo a junio son ideales para recorrer el Camino Inglés, cuando la lluvia cede el paso a días templados y el paisaje gallego estalla en color. Los senderos se llenan de vegetación exuberante, y el clima es perfecto para caminar sin el calor del verano. Además, la afluencia de peregrinos es más moderada, lo que permite disfrutar del trayecto con mayor tranquilidad.
El verano trae consigo días largos y temperaturas agradables en la costa, aunque en las etapas de interior el calor puede hacerse notar. Es la época en la que más peregrinos recorren esta ruta, lo que se traduce en una atmósfera animada y hospitalaria en los albergues y pueblos. Si prefieres la compañía de otros caminantes y disfrutar del sol, esta es tu mejor opción.
Cuando septiembre da paso a octubre, los bosques que rodean esta ruta se tiñen de tonos ocres y dorados, creando paisajes espectaculares. Las temperaturas son más frescas pero agradables para caminar, y la afluencia de peregrinos disminuye considerablemente. Es un momento ideal para quienes buscan una experiencia más íntima y pausada, con la naturaleza como protagonista.
El invierno en esta zona puede traer lluvias y temperaturas frías, especialmente en las etapas de interior. Sin embargo, para quienes buscan una experiencia más introspectiva, esta época ofrece una paz difícil de encontrar en otras estaciones. Los paisajes, a menudo envueltos en niebla, le añaden un aire místico a la ruta.
Aunque algunos servicios pueden estar más limitados, la experiencia de recorrerlo con calma es única.
A lo largo del trayecto, los ciclistas disfrutarán de paisajes rurales y costeros, cruzando pequeños pueblos con encanto. Es de dificultad media, por lo que se recomienda estar preparado físicamente para afrontar algunos desniveles. Cuenta con la infraestructura adecuada para ciclistas.
Este recorrido es algo más largo y exigente, pero ofrece vistas espectaculares del paisaje. A medida que te acercas a Santiago, el camino se vuelve más rural, atravesando aldeas y colinas. La infraestructura es excelente, con varios puntos de apoyo para los ciclistas.
Esta fortaleza militar, construida en el siglo XVI, fue clave para la defensa de la ría de Ferrol. Su ubicación te permite disfrutar de vistas panorámicas espectaculares y explorar la historia militar de la región.
Las baterías defensivas complementaban el sistema de protección de la ría. Distribuidas a lo largo de la costa, tenían como objetivo evitar la entrada de enemigos por mar. Son un testimonio del pasado militar de la ciudad y también ofrecen excelentes miradores.
Este antiguo monasterio se encuentra en las Fragas del Eume, un paraje natural espectacular que invita a la contemplación y la tranquilidad.
Ubicado en Pontedeume, este castillo medieval ofrece vistas espectaculares al estuario del río Eume.
Famosa por sus iglesias góticas y su casco antiguo medieval, es una parada obligatoria para los amantes de la historia.
La meta final de todo peregrino, la Catedral de Santiago es un lugar de peregrinación y espiritualidad que no necesita presentación.
Por si todavía te quedan dudas, responderemos a las preguntas más comunes con respecto al Camino Ingles
Sí, es ideal para principiantes gracias a su corta extensión en comparación con otras rutas. Sin embargo, algunas etapas pueden ser físicamente exigentes, por lo que es recomendable estar en buena forma física y planificar bien las etapas.
Para obtener la Compostela, debes haber recorrido al menos 100 km a pie o 200 km en bicicleta. Recuerda que este certificado no te lo concederán si partes desde A Coruña, ya que no alcanzarás la distancia mínima exigida.
Lleva siempre contigo la Credencial del Peregrino, donde podrás ir sellando tu recorrido en cada etapa. Al llegar a Santiago de Compostela, podrás presentar tu credencial en la Oficina del Peregrino para recibir la Compostela.