El Cebrero (O Cebreiro), también conocido como mons Februari o mons Zaberrium, como figuraba en las viejas crónicas del Camino de Santiago, lugar mítico e histórico en el imaginario peregrino, representa uno de los lugares más significativos del itinerario del Camino Francés y más concretamente del Camino de Santiago desde O Cebreiro, junto con el paso de los pirineos, desde Saint Jean Pie de Port hasta Roncesvalles y la Cruz del Ferro (León)
O Cebreiro es sin lugar a dudas uno de los destinos más representativos que van a encontrarse los peregrinos en esta maravillosa “epopeya personal”, entre otros motivos, debido a su privilegiada localización en la sierra de los Ancares lucense. Se enclava a una altitud de 1293 metros, lo que le coloca en un emplazamiento inigualable desde el que se divisa la inmensidad de sus verdes prados, así como unas excepcionales vistas de las montañas leonesas.
Su importancia viene definida, principalmente, por hechos históricos acaecidos en la misma, cuna de leyendas, arquitectura singular, como sus famosas pallozas, de arquitectura prerrománica, presumiblemente celta, de la que se conservan seis de ellas que la hacen merecedora del titulo de Conjunto Histórico Artístico y por la significativa importancia de ser la primera localidad gallega que alcanzan los peregrinos que recorren el Camino Francés de Santiago.
Para comprender el por qué de la importancia y mitificación del Cebrero que existe entre los peregrinos y en los viajes organizados al Camino de Santiago, además de lo ya expuesto, hay que resaltar también la dureza de la etapa que finaliza en el alto do Cebreiro, a través de localidades como Vega de Valcarce, Ruitelan, Las Herrerias, la Faba y Laguna de Castilla (última localidad leonesa de esta ruta, antes de finalizar en O Cebreiro), teniendo muy cerca el final de su peregrinación “sólo” a 150 Kilómetros de Santiago de Compostela.
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HISTORIA DE O CEBREIRO
No se conocen muchos datos exactos del origen del lugar, solo que se trata de un enclave o asentamiento celta. En el mismo, se encontraba un antiguo Hospital de peregrinos, probablemente desde el Siglo IX, del que sólo permanece la Iglesia de Santa Maria la Real.
Durante el reinado de Alfonso VI se edificó, junto a la iglesia, un Monasterio con el nombre de San Giraldo de Aurillac, perteneciente a la orden de Cluny, para la atención de los peregrinos, al que se le dotó de importantes recursos económicos y privilegios para su mantenimiento. Posteriormente, lo regentaron los monjes de la Orden Benedictina hasta la desamortización de Mendizabal (Siglo XIX). Se utilizó como albergue para peregrinos en el pasado y hoy en día funciona como Hospedería privada.
La época de esplendor del Cebrero y su Hospital de Peregrinos fue el Siglo XII, al igual que las demás localidades del Camino de Santiago, debido al extraordinario número de peregrinos que, en esa época, se dirigían a Santiago.
En el Siglo XV, los Reyes Católicos, de camino a Santiago de Compostela, visitaron el lugar y realizaron importantes donaciones al Monasterio para su mantenimiento y conservación.
LEYENDA DEL “MILAGRO DE O CEBREIRO O MILAGRO EUCARÍSTICO”
El Milagro de O Cebreiro y la posterior leyenda del Santo Grial Gallego tuvieron lugar en la Iglesia benedictina de Santa María la Real. Hoy día O Cebreiro sigue siendo una pequeña aldea. Su gran tesoro es precisamente la Iglesia del milagro Eucarístico, de factura prerrománica, del Siglo IX, con tres sencillas naves de ábsides rectangulares y una torre. Preside en el presbiterio la imagen de un Cristo Gótico. Es muy importante resaltar que en este Milagro, la Iglesia de Santa Maria es la más antigua de todo el patrimonio jacobeo, conservada en su totalidad, salvo por la fachada.
Los monjes benedictinos levantaron y custodiaron este templo desde el año 836 a 1853, ¡más de mil años!. Los monjes de Aurillac, que llamó Alfonso VI, permanecieron en O Cebreiro desde 1072 a 1487, fecha en la que los Reyes Católicos obtuvieron del Papa su anexión a San Benito el Real de Valladolid. Los monjes abandonan lugar en 1853, como consecuencia de la desamortización de Mendizábal.
NARRACIÓN DE LA LEYENDA
Una tradición muy fuerte, corroborada por diversas fuentes históricas y arqueológicas sostienen que sobre el altar de la capilla lateral de la iglesia de Santa María la Rea estaba celebrando la eucaristía un sacerdote benedictino. Se cree que esta celebración tuvo lugar sobre el Siglo XIV.
La leyenda cuenta que en medio de una tormenta, un vecino de la localidad cercana de Barxamaior se dirigió a la iglesia para asistir a misa. Ante la presencia del creyente, el clérigo le recriminó su asistencia, al parecer porque era el único asistente a la misa y le espetó: «¡Cuál viene este otro con una grande tempestad y tan fatigado a por un poco de pan y de vino!» y dijo que su presencia «no había merecido la pena»
Al finalizar estas palabras y, mientras celebraba la consagración, se produjo el milagro de convertir la hostia y el vino en carne y sangre del Señor. Una vez realizado este hecho, súbitamente, falleció el clérigo y las campanas empezaron a sonar.
Jesús quiso afianzar no solo la fe de aquel monje sino de todos los hombres. Noticia del milagro se propagó por todas partes propiciando así una gran devoción a Cristo en la Eucaristía.
La noticia del “milagro” se propagó rápidamente por toda Europa, a través de los peregrinos franceses y alemanes, principalmente, hecho que favoreció los múltiples favores, donativos y privilegios, de todo tipo, que se otorgaron a la iglesia.
Todos los años, días 8 y 9 de septiembre, se celebra una multitudinaria romería desde la localidad cercana de Piedrafita do Cebreiro hasta la iglesia de Santa Maria A Real para conmemorar este milagro.
A pesar del tiempo, guerras e incendios, el milagro llega a nuestro siglo tan carente de fe, como signo poderoso de la verdad: Cristo está vivo, resucitado, Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad, en la Eucaristía.
SANTO GRIAL GALLEGO
En 1486 los Reyes católicos, peregrinando a Santiago de Compostela, se hospedan con los monjes, contemplan el milagro y luego, donan el relicario donde se ha guardado el Milagro hasta el día de hoy.
En los primeros años del Siglo XVII el Padre Yepes escribía: «Yo, aunque indigno, he visto y adorado este santo misterio, he visto las dos ampollas en una de ellas está la sangre, que parece apenas coagulada, roja como la de un cabrito recién sacrificado, he visto también la carne, que es roja y seca»
El Cáliz y la Patena son afamadas piezas románicas del siglo XII. Este cáliz preside el escudo de Galicia. Cebreiro y el Milagro han influido en la obra de Wagner.
IGLESIA SANTA MARIA LA REAL
Se estima que la primigenia iglesia, se construyó en el Siglo IX, por lo que se la considera una de las iglesias más antiguas del Camino de Santiago. Consta de tres naves, con una pequeña torre exterior, donde se encuentra la campana. Edificación de granito y pizarra, muy austera y sencilla sustentada con gruesos muros para protegerla de las severas inclemencias del invierno de los Ancares.
En una sala, a la entrada de la iglesia, destaca una gran pila bautismal de granito (Siglo IX) donde se realizaba el sacramento del bautismo, mediante inmersión, del recién nacido.
En el interior de una caja fuerte, acristalada, se encuentran un relicario, dos ampollas de oro, donde se guardan los restos del “milagro”, regalados por los Reyes Católicos y el cáliz y la patena donde se obró. Debajo de la misma, se encuentra una preciosa arqueta de plata.
En el altar mayor, podemos ver una copia de una talla de un Cristo crucificado (Siglo XIV)
Destacamos la imagen de la talla románica (Siglo XII) de Santa María del Cebreiro – en realidad se llama Virgen de los Remedios – y que, según la leyenda, se inclinó a adorar el milagro de la transformación en cuerpo y sangre del Señor. Se trata de una Virgen sedente con un niño Jesús sentado en su regazo. Esta imagen ha sufrido innumerables restauraciones a lo largo de su historia.
En uno de sus laterales, observamos dos sepulturas muy antiguas que, al parecer, corresponden al clérigo y al vecino de Barxamaior protagonistas del “Santo milagro”
MUSEO ETNOGRAFICO
Conjunto etno-antropológico de pallozas, creado en el año 1971, en torno al Santuario de Santa Maria de O Cebreiro, que representan las construcciones de época prerrománica, posiblemente celtas, típicas de los antiguos castros. La palloza constituye un espacio único que servía de hábitat, tanto para sus habitantes como para su ganado, así como para almacén y aperos de labranza.
Construidas con gruesos muros de granito y pizarra, en forma cónica u ovalada, de baja altura y con una techumbre vegetal formada por tupidos entramados de paja para mitigar las bajas temperaturas invernales propias de los Ancares y adecuados para soportar y repeler la nieve y el viento.
Se pueden visitar 4 pallozas: Xan López (palloza-museo), Campelo (almacén) y las de Quico y Galán, donde se recrean diferentes utensilios, mobiliario, aperos de labranza y espacios utilizados por los antiguos pobladores de esta zona de Galicia, relacionados con su vida cotidiana.
ELIAS VALIÑA Y LA SEÑALIZACIÓN DEL CAMINO DE SANTIAGO
En la capilla dedicada a San Benito, se encuentra el sepulcro del sacerdote Don Elias Valiña Sampedro, también conocido, mundialmente, como “el cura de O Cebreiro”, que regentó dicha parroquia desde los años 60 y al que se considera, con total merecimiento, uno de los grandes impulsores y figura capital del “renacimiento del Camino de Santiago», especialmente, desde la década de los 80.
Como recuerdo diario y permanente de su obra, podemos observar, a lo largo de todos los Caminos, la universal «flecha amarilla» con la que popularizó la señalización del Camino Francés, y que se extendió a otras rutas, posteriormente, guiando a los peregrinos hasta la Catedral de Santiago de Compostela.
En el exterior de la Iglesia se encuentra, como tributo, homenaje y agradecimiento al mismo, un pequeño monolito de granito con su busto y diferentes recuerdos de organizaciones jacobeas y asociaciones de peregrinos de todo el mundo.
Si no tenéis días suficientes para empezar el Camino desde la localidad de O Cebreiro, si contratáis la ruta del Camino de Santiago desde Sarria organizado, os recomendaríamos intentar de disponer un día antes del inicio de la primera etapa, y hacer una breve escapada a esta localidad. Sus paisajes, aire puro y el misticismo que sobrevuela por sus calles no te dejará indiferente.