Ribadesella, uno de los pueblos costeros más encantadores de Asturias, es mucho más que un lugar pintoresco a orillas del Cantábrico.
Este rincón entre mar y montaña conserva la autenticidad del Principado, la espiritualidad de las . antiguas rutas de peregrinación y un patrimonio que lo convierte en una parada imprescindible La localidad invita a caminar despacio, a descubrir sus callejuelas, a admirar su entorno natural y a respirar el aire de siglos de historia.
En esta guía descubrirás los lugares más emblemáticos que ver en Ribadesella. Aprovecharemos para hablarte de su vínculo con el Camino del Norte, donde es algo más que un punto de paso. De hecho, antes de hablarte de todas sus maravillas, déjanos hablarte un poco más detalladamente de esta ruta, para que comprendas su importancia.
Índice de contenidos
- 1 Ribadesella y el Camino de Santiago: un cruce de caminos con esencia peregrina
- 2 Qué ver en Ribadesella
- 2.1 Paseo por la historia: el casco antiguo
- 2.2 La cueva de Tito Bustillo: arte rupestre y misterio prehistórico
- 2.3 El puerto y el paseo marítimo: esencia marinera y vistas al Cantábrico
- 2.4 La ermita de la virgen de Guía: espiritualidad sobre los acantilados
- 2.5 La playa de Santa Marina: naturaleza, descanso y arquitectura indiana
- 2.6
- 2.7 Los acantilados del Infierno: naturaleza salvaje y vistas impactantes
- 3 Fiestas y tradiciones: Ribadesella como punto de encuentro cultural
- 4 Gastronomía en Ribadesella: sabores del mar y la montaña
Ribadesella y el Camino de Santiago: un cruce de caminos con esencia peregrina
El Camino del Norte es una de las rutas jacobeas más antiguas y también una de las más impresionantes desde el punto de vista paisajístico.
Atraviesa la cornisa cantábrica desde Irún hasta Santiago de Compostela, pasando por lugares como San Sebastián, Bilbao, Santander, Ribadesella o Gijón. Ribadesella, se sitúa en el corazón de este recorrido, convirtiéndose en una etapa clave para quienes buscan una experiencia más introspectiva, alejada de las multitudes del Camino Francés.
Frente a otras opciones que quizás parezcan más populares, ofrece un contacto más íntimo con la naturaleza y una diversidad cultural que combina mar, montaña y tradición.
Por ejemplo, quienes deciden hacer el camino de Santiago desde Bilbao inician su andadura por una de las zonas más dinámicas del País Vasco. atravesarán parajes espectaculares como los acantilados de Lekeitio o la costa de Cantabria, antes de adentrarse en el verde asturiano. Esta parte combina historia industrial y paisajes únicos, ofreciendo una experiencia rica en matices desde el primer día.
Más adelante, el camino Santiago desde Ribadeo bordea las montañas gallegas y pequeñas aldeas con encanto, ofreciendo una experiencia más tranquila y rural, con un fuerte componente espiritual. Este tramo es muy apreciado por aquellos que, además de caminar, desean reconectar con la esencia más profunda del peregrinaje.
Diferencias con otras rutas
En comparación, quienes optan por el camino santiago desde Tui recorren únicamente Galicia, en un trayecto más corto y, por lo general, más llano. Aunque es ideal para quienes disponen de pocos días y prefieren una ruta con menos desniveles, no ofrece la misma riqueza paisajística ni la variedad de ecosistemas que caracteriza al Camino del Norte.
El Camino Francés sigue siendo la ruta más transitada y emblemática del Camino de Santiago. Con una excelente infraestructura para el peregrino, es ideal para quienes valoran la convivencia y el contacto con caminantes de todo el mundo. Aunque su popularidad hace que algunos tramos puedan resultar concurridos en temporada alta, también garantiza un ambiente hospitalario y festivo.
Por su parte, el Camino Primitivo, es perfecto para quienes buscan un mayor reto físico. Su trazado, que atraviesa el interior de Asturias y Galicia, es más exigente debido a los desniveles, pero también más solitario y montañoso. En comparación, el Camino del Norte combina el esfuerzo con el estímulo constante del paisaje costero, alternando mar y montaña con equilibrio.
Otro itinerario que gana popularidad año tras año es el Camino Portugués por la Costa. Esta variante marítima del tradicional Camino Portugués ofrece una experiencia similar a la del Norte por su cercanía al Atlántico, pero con un perfil más suave y menos escarpado. A diferencia del trazado cantábrico, el recorrido desde Oporto hasta Santiago invita a caminar entre playas y zonas menos abruptas,
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Qué ver en Ribadesella
Paseo por la historia: el casco antiguo
El corazón histórico de la localidad es una joya por descubrir. Su casco antiguo mantiene la traza medieval con calles empedradas, casas de colores y balcones floridos. Entre los edificios que más destacan se encuentra la iglesia parroquial de Santa María Magdalena, un templo de origen medieval reconstruido en el siglo XX, que aún conserva algunos elementos góticos.
Pasear por estas calles es revivir la historia de un pueblo que ha sido puerto, plaza defensiva y centro de peregrinación. En cada esquina se puede encontrar un escudo heráldico, una fuente centenaria o una casa de indianos con reminiscencias de la emigración asturiana a América.
La cueva de Tito Bustillo: arte rupestre y misterio prehistórico
Uno de los mayores tesoros es la Cueva de Tito Bustillo, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Este impresionante yacimiento de arte rupestre contiene pinturas paleolíticas de hace más de 14.000 años, consideradas entre las más importantes del mundo.
La cueva no solo es un referente arqueológico, también un lugar profundamente espiritual. Algunos peregrinos hacen un alto en su camino para visitar este enclave y reflexionar sobre la conexión entre las primeras expresiones del ser humano y su actual búsqueda interior.
Además, el centro de arte rupestre, anexo a la cueva, ofrece una experiencia interactiva que complementa la visita, ideal para todas las edades.
El puerto y el paseo marítimo: esencia marinera y vistas al Cantábrico
El alma marinera de Ribadesella se respira en su puerto pesquero, activo y pintoresco, donde las barcas de colores se mecen al ritmo de la marea. En la zona del puerto, es habitual ver a pescadores reparando redes o descargando la pesca del día. Este ambiente tradicional se mezcla con terrazas y restaurantes donde se puede degustar pescado fresco y sidra asturiana.
También el Paseo de la Grúa, que bordea la ría, ofrece un recorrido repleto de historia gracias a sus murales cerámicos que narran las etapas clave de Ribadesella, desde la prehistoria hasta la actualidad.
La ermita de la virgen de Guía: espiritualidad sobre los acantilados
Situada sobre un promontorio, la ermita de la Virgen de Guía es uno de los lugares más mágicos y espirituales del lugar. Este pequeño templo blanco, dedicado a la patrona de los marineros, ofrece una de las mejores vistas panorámicas del municipio: la ría, el casco antiguo, la playa y el infinito azul del mar.
La subida hasta la ermita es breve pero simbólica, especialmente para los peregrinos que buscan momentos de introspección. La devoción popular ha mantenido viva esta ermita durante siglos, convirtiéndola en un punto de conexión entre lo espiritual y lo terrenal.
La playa de Santa Marina: naturaleza, descanso y arquitectura indiana
La playa de Santa Marina es uno de los principales atractivos naturales de Ribadesella. Sus más de un kilómetro de arena dorada están flanqueados por un elegante paseo marítimo lleno de casas de indianos, construidas por los emigrantes asturianos que regresaron de América a principios del siglo XX.
Además de su belleza, esta playa es un lugar ideal para el descanso del peregrino. Después de una larga jornada caminando, muchos aprovechan para descalzarse, sentir la arena bajo los pies y dejarse acariciar por la brisa marina. También es habitual ver surfistas, familias y viajeros disfrutar de su entorno natural privilegiado.
Los acantilados del Infierno: naturaleza salvaje y vistas impactantes
A escasos kilómetros del casco urbano se encuentran los Acantilados del Infierno, un paraje natural de enorme belleza que ofrece una de las mejores panorámicas del litoral asturiano. Desde su mirador se puede contemplar la fuerza del mar Cantábrico golpeando las paredes rocosas, en un espectáculo que deja sin palabras.
El acceso es sencillo y el paseo merece la pena, especialmente al atardecer, cuando la luz resalta los contrastes entre el verde de los prados, el azul profundo del mar y el gris de la roca.
Fiestas y tradiciones: Ribadesella como punto de encuentro cultural
Este lugar mantiene vivas sus tradiciones a lo largo del año, con fiestas que mezclan lo religioso, lo cultural y lo deportivo.
La más famosa de todas es el descenso internacional del Sella, que cada agosto transforma la villa en un hervidero de gente, color y alegría. Aunque es una fiesta eminentemente deportiva, tiene también un profundo arraigo local que la convierte en una experiencia cultural única.
Las fiestas patronales en honor a Santa María Magdalena, celebradas en julio, tienen un componente espiritual que conecta con la tradición peregrina. Las procesiones, misas y verbenas populares ofrecen al visitante una visión auténtica de la cultura asturiana.
Gastronomía en Ribadesella: sabores del mar y la montaña
El lugar ofrece una propuesta gastronómica que combina lo mejor del mar Cantábrico con los sabores tradicionales de la cocina asturiana.
Desde pescados y mariscos frescos hasta platos de cuchara como la fabada, sin olvidar el emblemático cachopo o el arroz con leche. La sidra asturiana acompaña muchas de estas comidas, servida al estilo tradicional en sidrerías que también son punto de encuentro local.